
La mención de la ciudad de Panamá enciende recuerdos de un ciudad turística floreciente con altos edificios elevándose hacia el cielo, centros comerciales en expansión y otras modernas amenidades para una vida urbana ocupada. Dada esa opinión, podría sorprenderse si la pidiéramos que identificara el lugar que añade ese toque de importancia histórica a la ciudad de Panamá. La respuesta es Casco Viejo. Si alguien le dijera que es Casco Antiguo o San Felipe estaría en lo cierto. Casco Viejo, que fue declarado Sitio Patrimonio de la Humanidad en 1997, es también conocido como el barrio de Casco Antiguo o San Felipe. En Casco Viejo, la vida y épocas de aquellas personas que han dejado una marca perenne de su presencia en Panamá por más de tres siglos llaman su atención en todos los rincones. Estas 38 cuadras en la ciudad de Panamá, también conocidas como “manzanas” están embebidas en casi 300 años de civilización moderna
En Casco Viejo usted verá un Panamá distinto: los vendedores ambulantes vendiendo el plato tradicional para la cena, el “bollo”; el dulce aroma de las molas frescas; el romántico Canal de Panamá; la amable policía para el turismo que nunca se pierden una oportunidad para ayudarlo; chicos jugando a su alrededor y donde el viejo mundo está recibiendo un agradable retoque.
Mientras camina por las anchas calles de ladrillos rojos, se encontrará con hermosos patios, renovados antiguos edificios con balcones elegantemente adornados con plantas decorativas y obeliscos y placas de mármol dispuestas para conmemorar el esfuerzo de los franceses en construir el Canal de Panamá. Su vista luego girará para observar los grandes edificios cercanos en estilo francés y español. Cada edificio, cada ladrillo tienen una historia para contar.
Maravillas arquitectónicas como el Palacio Municipal se yerguen para revivir las memorias de una época donde los franceses lo habían hecho su hogar durante la construcción inicial del Canal de Panamá. Con el Canal y su enlace ferroviario ocupando un lugar preponderante en el mapa mundial un par de siglos atrás, Casco Viejo ha establecido su lugar en la historia como también un núcleo comercial para el continente americano. El Palacio Municipal muy pronto se convertirá en un museo que narrará la historia del Canal, su pasado, presente y futuro.
La Catedral Metropolitana, que fue construida a lo largo de un siglo, tiene una fuerte influencia de la extravagancia española en su arquitectura. Otros edificios históricos que llamarán su atención son la Iglesia de San Francisco, el Paseo Las Bóvedas, el Palacio Presidencial, la Plaza Santa Ana, el Teatro Nacional y Arco Chato para mencionar sólo los más importantes. Se percatará de que muchas de estas estructuras están siendo restauradas, recuperando su encanto de antaño sin perder su identidad.
Arco Chato recibe su nombre de un arco chato cercano. Como única evidencia que sobrevive de la magnífica iglesia de Santo Domingo, Arco Chato posee una historia interesante. La iglesia del siglo XVII fue destruida en dos oportunidades por incendios accidentales y no fue restaurada sino hasta el segundo incidente. El arco había sido construido sin una piedra angular por lo que los historiadores y arquitectos se sorprenden por igual de que aún siga en pie desafiando los embates de la furia de la naturaleza.
Entre las ruinas y las restauraciones, Casco Viejo es una exhibición de vistas y sonidos poco conocidos de Panamá que embriagarán a los buscadores de una vida urbana de una era dorada ya pasada.
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